A Fijáte que esté todo bien, que no haya ningún error, negri.
B Está perfecto así, no hay errores. Hacémelo así.
A ¿Seguro, negri?
B Sí.
C ¿Puedo hacer una sugerencia?
A Sí, negri. ¿Qué pasa?
C Quedaría mejor si, en vez de poner “Feliz 15 años”, ponemos “Felices 15 años” (y eso que no hablé de los colores de Boca que el señor planeaba poner en el pasacalles).
A No, pero no está mal el verbo, negri.
C No es un verbo, es un adjetivo.
A Bueno, negri, pero no está mal el tiempo verbal.
C Los adjetivos no llevan tiempo verbal; solamente tienen que concordar con el sustantivo en género y número.
A No, pero así está bien, porque nosotros lo hacemos al 15 en un corazón, negri, entonces queda: * FELIZ 15 *.
C Pero ahí dice “Feliz 15 AÑOS”…
A No, negri, ya vas a ver, te voy a mostrar que no está mal.
C Bueeeeeeno, después de todo el pasacalles es de él. ¿Tenés algún libro de Borges? Que a eso venía yo.
A Sí, tengo éste, que trae un cuento.
C No, yo digo uno que sea todo de Borges.
A No tengo, pero te lo puedo encargar.
C Pasa que yo soy de San Miguel.
A Ah, sos importada. ¿Para cuándo lo necesitás?
C No lo necesito; estoy aburrida y quería leer algo. ¿No hay alguna librería que venda solamente libros, por acá?
A No, negri, acá en Rodríguez no hay librerías que vendan sólo libros.
C Ah, todas trabajan con libros de estudio.
A No, también hay universitarios.
C ¡Ah…! Bueno, gracias entonces. Me parece que me voy a jugar a los videos.
A Listo, negri, chau. ¡Suerte!
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