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. ...como uno de esos días cuya extraña cualidad imperceptible hace que una se sienta más sola que de costumbre. Gris como esos días en los que nadie se te acerca y buscás desesperadamente algún puente humano, algunos ojos cálidos.
. Es un día gris, como el plumaje de los gorriones, gris como el cielo, triste, solitario, efímero. Frío, esos días en los que cuesta arrastrarse de la cama al baño, del baño a la cama, salir a dar una vuelta, volver, experimentar dolorosa y minuciosamente la nostalgia, llorar en silencio e invisiblemente, llorar con el alma.
. Día como ésos en los que lo banal se convierte, repentinamente, en mi alimento. En los que se yergue ante mis ojos una idea temeraria de que la vida está hecha solamente de momentos banales encadenados y entrelazados por un hilo misterioso e infinito.
. Hoy, 24 de abril de 2005, es uno de esos días.
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. ...como uno de esos días cuya extraña cualidad imperceptible hace que una se sienta más sola que de costumbre. Gris como esos días en los que nadie se te acerca y buscás desesperadamente algún puente humano, algunos ojos cálidos.
. Es un día gris, como el plumaje de los gorriones, gris como el cielo, triste, solitario, efímero. Frío, esos días en los que cuesta arrastrarse de la cama al baño, del baño a la cama, salir a dar una vuelta, volver, experimentar dolorosa y minuciosamente la nostalgia, llorar en silencio e invisiblemente, llorar con el alma.
. Día como ésos en los que lo banal se convierte, repentinamente, en mi alimento. En los que se yergue ante mis ojos una idea temeraria de que la vida está hecha solamente de momentos banales encadenados y entrelazados por un hilo misterioso e infinito.
. Hoy, 24 de abril de 2005, es uno de esos días.
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