3 dic 2007

That you wake up

Acaso preguntarse
para qué correr cuando el silencio todo lo ha devorado,
cuando los últimos pasos se refugian en mi cuerpo roto,
cuando el solo deseo es volver, que vuelvas, el retorno.

Yo te hice un nido de estrellas en la nada misma
y esperé silente como esperan los faroles quebrados
una sombra, quebrada también en su melancolía
que recorte un motor, un motivo, la luz de mis días.

Yo te hice una casa en las nubes, un colchón florido,
te busqué entre la hierba, te aspiré entre las ramas caídas,
bebí de tus cabellos la esperanza, te besé en la boca,
me perdí para siempre en el jardín de la añoranza loca.

Yo te hice amor mío y me deshice en tu amor anodino,
amor que arremete y cura, amor que sangra y perdura,
amor que devora el silencio que ocupan tus ojos,
amor que desgarra en el cuerpo, el alma y sus despojos.

La noche me hizo brújula, te busco en las estrellas;
quiero darte mi luz, mi silencio quebrado, mi suerte
y todo lo que tengo y por fin escapar de la muerte.
Yo te hice mi amor, amor mío. Yo espero que despiertes.


Agustina Ariana D’Andrea, 03-12-2007, 02:57 am.

2 comentarios:

Néstor Morris dijo...

Agus...

Quéestupenda manera de abrir la puerta al poema...

Acaso preguntarse
para qué correr cuando el silencio todo lo ha devorado,

Anónimo dijo...

yeah, agus, muy bonito el poema.
besos!