Esgrimir el silencio
armado de palabras.
Acaso hallar tu cielo en una nube ingrávida.
Allí todas las cosas desasidas de tu nombre
vuelven sin más, como el regreso mismo;
las nubes se desarman a tu paso.
Quisiera en una de ellas tu retorno
luego del vértigo de la distancia;
reinterpretar el cielo en un espejo,
significarte en medio del vacío,
llenarte de arlequines la mirada,
imitar tu reflejo en mi memoria,
desnudarte de poesía
y vestirte con mi abrazo.
Crece tu abismo, mi sombra azul victoria,
y cielo y pájaro y la bruma lánguida
condensan la tibieza de este beso
que invento adormecido.
Me hacés falta.
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