2 feb 2008

Juarrotazo 69

El amor nunca se consuma. Antes de su supuesta consumación, porque falta algo. Después, porque sobra algo y sobrar es otra manera de faltar. Y el instante de su aparente consumación no es más que un vértigo que huye, un relámpago fantasmal que superpone aproximación y alejamiento, lo lleno y lo vacío. Un punto que se borra en el momento mismo de colocarlo. Sólo queda el recuerdo de una posibilidad que pareció realizable. En consecuencia, llamamos consumación a una pérdida. Tal vez una pérdida necesaria. O quizá no.

Roberto Juarroz, Casi ficción.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sólo quería decir que a Juarroz te lo presenté yo.


(H)(H)(H)


Que soy agrandada ya lo sabíamos todos.