Y viene a percutir sobre el silencio
de los silencios para dar batalla,
a sembrar lilas
en un jardín de ensueño,
a apuñalar el hastío que me embarga.
Vienen los últimos espejos de la noche
a resbalar contra la ausencia
de su risa,
impostergable la luna de los charcos,
entre empedrados de nostalgia Buenos Aires,
y tanta mishiadura
se desvanece entre secretos resplandores
cuando la lluvia
presagia de entre todas las ausencias
la miel de tanta magia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario