4 abr 2008

Tangardía

La noche se hace humo en Buenos Aires,
la luna una clepsidra entre los charcos
y algún farol de lucecita tenue
rezonga un tango viejo
esperando el final en una esquina
ignota de Palermo.

El viento abandonado
trocado por la alquimia del olvido
desnuda despacito tu recuerdo,
se cuela por la espalda del deseo,
eriza pieles llenas de nostalgia.

Y dondequiera
que esté acostado tu cuerpo de arena
delira y se deshace entre tus manos
la desazón tajeando en madrugadas
porteñas que reclaman
aquellos otros charcos en la lluvia,
un sombrerito y una resbalosa,
y que algún día, acaso,
Amor vuelva canyengue tu mirada
sobre todas las cosas.

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