25 ago 2009

Trastangueando

¡Ay, mi tangardía bataclana que te perdés en la sombra!
¿Dónde están los muchachos del barrio, las manos santas de tu Eva?
¿Qué fue del Buenos Aires de tus voces lombardas,
tu música de fiebre,
tu acento calabrés y tu sonrisa maleva?
¿Cómo bebo pura Europa en tus fachadas?
¿Cómo arranco tu ilusión de mi pellejo?
Pareciera que el grito de mi voz alocada
te cantara entre la niebla y como desde lejos.

Yo te siento en la sangre como una puñalada,
si en tus adoquines grises baila la luna piantada,
si la luz de tus faroles gasta mis suelas canyengues
y tus viejos edificios me llueven sobre la espalda.

Esta noche la tristeza graba el filo de tus huellas
en insólitas veredas olvidadas
que te inventa mi memoria caprichosa
porque no tiene recuerdos de tus sonidos y olores,
porque nací tan después de aquel último organito,
y de tu Adán Buenosayres y de todos los dolores
que te urdieron los poetas de mi tierra.
Tengo nostalgias del quién hubiera y cuándo
y de haberte abrazado al final de tanta guerra.

Entonces, tangardía de mi patria,
con mi vaso de ginebra bebo todas tus estrellas,
el dolor de tus batallas
y este corazón cansado de querer tango con ella.

No hay comentarios.: